Elementos de un Sendero asfaltado
Los años 90 son una parte muy susceptible de la historia del país, el terrorismo desbordó las calles mutilando familias y recortando el pensamiento libre. Muchos países, tanto en Latinoamérica como en otras partes del mundo, han sido víctimas de periodos como el que llegamos a vivir. Manuel Luna Alcoba es un filósofo graduado de la Universidad de Sevilla que aborda el tema del terrorismo desde una perspectiva general y trata de concebir respuestas para los diferentes cuestionamientos que se plantea a sí mismo.
Se
ponen al descubierto algunos elementos para poder llegar a una definición. Más
allá de lo que busque o quiera instaurar, el terrorista apuesta por los
símbolos valiéndose de situaciones políticas adversas a una minoría o sector
disconforme de la sociedad. Se adjudica su representación y quiere velar, a
toda costa, por su bienestar. El problema yace en su afán de expansión. No toda
la población de un país se encuentra bajo la misma situación política,
económica o cultural. Si un grupo de terroristas dice representar a una clase
oprimida, sector del pueblo o simplemente minoría, se vale de eso para, a
través de la imposición, querer acrecentar esta representación, que en un
primer momento fue reducida, y llevarlo a un sector mayoritario de la sociedad.
En el Perú, Sendero Luminoso inició su conformación con un grupo aproximado de
120 personas y con el pasar de los años se volvieron miles los militantes de
este fenómeno. El proceso de crecimiento de Sendero ocasionó un choque de representación, ya que ante la
existencia de partidos políticos, fortalecidos en la década de los 80, puesto
que durante los 90 fue casi nulo el pronunciamiento de un partido tan solo
habían fuentes fujimoristas (Ruiz et al., 2013), y la esencia “representativa”
del movimiento terrorista, se dio lugar a un punto de quiebre estructural. El
Congreso, bajo un carácter representativo se veía instigado por el movimiento
terrorista que quería ganar representación.
El papel del Estado ya no era garante de derechos ni de protección de
las comunidades.
Existe
un conglomerado de herramientas que el terrorista usa para llegar a su fin. La
violencia es una de ellas y, entendida como tal, desde el punto de vista de un
terrorista, es nada más que una forma de expresión. Sin embargo, el panorama se
complica mientras se sumen agregados, pues esta misma violencia dirigida hacia
objetivos directos, se convierte, ya, en un mensaje subliminal que el objetivo
principal debe captar. No siempre los objetivos directos serán personas, pueden
ser objetos materiales, bienes, instituciones, etc; lo cierto, es que un
terrorista no va a aceptar que ataca personas, él ataca símbolos. Como lo
sucedido en 1980 en Cangallo (Ayacucho) quemando ánforas de votación en evidente
desacuerdo con el régimen político que manejaba el país; así, ellos podían
victimar a campesinos que no estaban de acuerdo con su ideología porque los
consideraban símbolos del poder opresor. Escuchaba un documental acerca de
Sendero Luminoso en el que se hacía mención a que la “guerra” había sido iniciada por ellos. El autor del libro explica
claramente que cualquier acto terrorista no se trata de una guerra, ya que esta
no hace distinción entre objetivos principales y directos.
Un
último elemento que quisiera mencionar y que actualmente causa mucha polémica
son los medios de comunicación. La propaganda llega a sectores sociales que no
son manejados directamente por los terroristas. El miedo ya provocado por
Sendero, en el caso del Perú, no tenía un objetivo directo con las víctimas
fatales, sino más bien, con aquellos que quedaban vivos para poder lograr una
sumisión a través del temor, pero aquellos sectores que no se veían afectados
directamente por estos ataques, se sumían al miedo por el sensacionalismo de
los medios de comunicación. Esta fue una especie de marketeo insipiente que le
hacían los canales de televisión y diversos medios al terrorismo de la época
que le servía para posicionarse y ganar territorio no físico, sino mental.
Sin
duda existen muchos elementos que serán útiles para una mejor comprensión de
los que se vivió en las dos últimas décadas del siglo pasado. Este es un libro
que, sin tomar un solo ejemplo a lo largo de su redacción, deja ver la
existencia de los múltiples factores que fueron condiciones propias para que se
dé un fenómeno como el terrorismo y, sobre todo, en la magnitud que archivó
Sendero Luminoso. Está claro, pues, el gran aporte de Manuel Luna Alcoba para
el mejor entendimiento de nuestra historia.
Bibliografía
Luna Alcoba, M. (2009). ¿Por qué el terrorismo?. 1st
ed. [ebook] Disponible en:
https://books.google.com.pe/books id=5Etm9ucmx6oC&printsec=frontcover&dq=por+qu%C3%A9+el+terrorismo+bibliografica&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjs3snmibXLAhVHeSYKHTiLCYsQ6AEIGjAA#v=onepage&q&f=false
[Consultado 2 Mar. 2016].
Ruiz, G., García, S., Mercado, L. and Vela, E. (2013). La
fortaleza del sistema de partidos en los 80 y el auge de la antipolítica en los
90 en el Perú: un análisis estadístico descriptivo del nivel subnacional. 1st
ed. [ebook] Lima: Politai. Disponible en: http://politai.pe/PDF/articulo7_8.pdf
[Consultado 7 Mar. 2016].
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