Una crítica muy mal direccionada



La crítica a "La Increíble máquina de hacer pan", en esta oportunidad por Manuel Taboada, nos recuerda la ya existente inflexibilidad frente a la teoría liberal; sin duda, es un libro muy ilustrativo con ejemplos concisos que van a ayudar a nuestro entendimiento del sistema económico. Presentamos, pues, un punto de quiebre a partir de unos párrafos del texto, esperamos sea de su agrado y está de más extender una invitación a leer el libro. Liberal o comunacho, siempre es bueno saber hacer pan.




 Estuve recordando algunas de las lecturas, económico liberales, a las que me enfrenté en mi primer año de carrera (cuando era aún más bisoño y no sabía cómo refutar las cuestiones que  ellas planteaban). Sin embargo, después de todo ya con un poco más de experiencia me siento preparado para desvariar acerca de las cuestiones que estas lecturas planteaban.
‘’La increíble máquina de hacer pan’’ (Brown et al., 1976), una publicación de Musigraf, fue escrita -como cita en la contraportada- en defensa de la libertad económica y en oposición de un ‘’renacimiento’’ del marxismo en su realidad social (Europa – 1976 aprox.).
 El libro critica duramente las políticas fiscales y la intervención del Estado en pos de una igualitaria repartición de la riqueza. Pero, ¿cuánto de lo que se puede leer en este texto es contrastable con la realidad? Para entender ello, vayamos al final del libro en donde se recitan los versos desenfadados y atrevidos de R. W. Grant, profesora de Ciencia Política y filosofía en la universidad de Duke en Estados Unidos.  Esta parte del texto resume de manera magistral y entretenida el mensaje que intentan transmitir los, jóvenes, autores de este libro. A continuación la citaré textualmente:



Esta peregrina historia
Trata del buen Tom Smith,
Que le quitó el hambre al mundo
Y pasó de héroe a vil.
Tom fabricaba juguetes;
Eran su especialidad.
Por eso a todos asombra
Cuando se pone a hacer pan.
La máquina que ha inventado
No es de poco más o menos:
Hace pan casi de balde,
En rebanadas y envuelto.
¿Imagináis el milagro?
¿Calculáis las consecuencias?
Al fin come el mundo entero
Gracias a Smith y su ciencia.
Lo recibe el presidente,
Todo el mundo le festeja,
Y honores y distinciones
Llueven sobre su cabeza.
Pero  ¿hay algo tan voluble
Como la como la cochina fama?
De Tom, héroe de hoy,
Nadie se acuerda mañana.
El tiempo vuela; y Smith,
Aunque se ha hecho millonario,
No es ya nadie para quienes
Comen su pan a diario.
“¿De Dónde viene ese pan?”
Le preguntáis a la gente;
Y ellos comen y se extrañan:
“¡Ah!, ¿pero no lo hubo siempre?”
La verdad es que eso a Smith
No llega a quitarle el sueño,
Pues piensa: “Todo va bien:
Yo rico y ellos contentos”.
¿Qué todo va bien, Smith?
No contabas con la huéspeda.
Si no, ved lo que pasó
A partir de aquella fecha
En que, al subir los impuestos,
Y aun sin irse de la mano,
Tuvo que subir el pan.
¡Ahora cuesta ya un centavo!
“¿Qué pasa?”, clama la gente.
“¿Qué pretende el muy infame?
¿Quiere apilar más millones
A costa de nuestra hambre?”
(Vean su caricatura
-gran panza, hocico porcino-
Quitando el pan de la boca
A un famélico chiquillo.)
Como el pueblo es lo primero,
Nadie podrá discutir
Que en asuntos de esta clase
A él toca decidir.
Intervienen presurosos
Los agentes del gobierno,
Y lo que encuentran les pasma:
El “trust del Pan”, nada menos.
La cosa se pone seria,
Y, curándose en salud,
Smith decide pasarse
Por la oficina antitrust.
Allá va, sombrero en mano:
"Los han engañado a ustedes.
No he quebrantado la ley."
Pero el funcionario advierte:
"En época tan compleja
No basta la ley, hermano.
Es mucho más eficaz
Dejarlo de nuestra mano.
Y por si usted no se encuentra
Ducho en estos menesteres,
Le diré cuál es la norma
Porque de una vez se entere:
Aumento ilegal de precio
Es cobrar más que un colega,
Pero si cobra usted de menos
Es desleal competencia.
Y téngalo bien presente,
No haya en esto confusión:
Si cobran todos lo mismo
Será confabulación.
Debe competir, es cierto,
Pero ande con pies de plomo,
Pues si conquista el mercado,
¡qué más claro monopolio!”
¿Precio abusivo o escaso?
El uno al otro no quita.
Si el Bien Público está en juego,
¿Por qué no la parejita?
Y, pues no cuesta trabajo,
A mayor abundamiento
Le añaden el monopolio.
¡Hay que hacer un escarmiento!
“¡Cinco años!” truena el juez,“
Y bien pudieran ser más.
Hay que enseñar a esta gente
Respeto a la sociedad!”.
Ahora el pan lo hace el gobierno,
Y –no es preciso decirlo-
Todo está bien controlado
Y el público protegido.
Claro que el pan sale a dólar.
Pero el Estado lo vende
A medio centavo. (El resto lo paga el contribuyente)[i]



Excelente despliegue de destreza lírica, admirable ciertamente; sin embargo, aquí no se trata de admirar la belleza, sino de criticar científicamente.
Tomemos algunos datos: el pan inicialmente costaba ½ centavo, dentro de este ½ centavo se incluían, tanto el desgaste de la máquina, como los costes de la harina, la levadura, el agua, etc. Así teníamos ¼ por desgaste de la máquina y ¼ por insumos, felices todos y comiendo pan. Lamentablemente, el Estado opresor interviene y con su política fiscal aumenta los impuestos, tanto a la venta como a la renta, por lo cual el pobre de Smith debe aumentar el precio del pan ahora a 1 centavo, siendo el precio del producto original ½ centavo, los impuestos suman otro ½ centavo. El destino de Smith no es muy favorable a partir de este punto, pero aún hay más y tenemos entendido que ahora el pan sale a 1 dólar y el Estado lo vende a ½ centavo, lo demás es pagado por los ciudadanos de a pie en sus impuestos (ósea 95 centavos de dólar).

Es gracioso darnos cuenta  como de ½ centavo de impuesto, el contribuyente termina llegando a pagar una cantidad como de 95 centavos de dólar, por cada pan consumido. Y es que la fuerte política fiscal, de la cual se habla en el Manifiesto Comunista, como punto esencial para un Estado socialista, ¿es una aberración para la economía? Pues sigamos analizando.
No es cuestión de analizar categorías tales como la plusvalía, pero, el texto critica a, ¿un Estado socialista o un Estado asistencialista? en otras palabras burgués reformista. Es de todos sabido, que el regreso de la plusvalía a la masa obrera en forma de Salud, seguridad, educación, vivienda, etc. más la percepción de un salario que no sea una justificación de la existencia del trabajador, es en ligeras palabras, la condición material de vida que antecede al comunismo, entonces si hablamos de un regreso de la plusvalía a la masa obrera en un Estado socialista y no una política fiscal en un Estado Burgués, la crítica se comparte, pero la dirección a la que apunta no.  
Existen claras diferencias entre un Estado burgués asistencialista, que palía el descontento social con programas de beneficio público y/o programas de protección a sectores vulnerables. Y un Estado Socialista en el cuál, lo que el trabajador produce se le devuelve por Derecho.
Aún hay mucho que hablar del tema; pero, por ahora paremos la mano un momento para revisar la situación someramente.           






[i] Bibliografía: Brown, S., Keating, K., Melinger, D., Post, P., Smith, S. and Tudor, C. (1976). La increíble máquina de hacer pan. Madrid: Musigraf, p.193-196

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